miércoles, febrero 21, 2007

Hacelo vos/ 2



Hace más o menos un mes Ofe Peretti recibió una llamada. Eran los organizadores del Concurso Nacional de Publicaciones Barriales Contalo Vos. ¿Para qué se contactaban con nosotros? Resulta que habían recibido por correo electrónico el texto en donde el staff de ZCH explicaba por qué había decidido bajarse del concurso. La idea de ellos era organizar una reunión con nosotros para discutir sobre el tema. Aunque al principio nos invadió una “casi” natural desconfianza (¿estaría presente en la reunión alguna “patota kirchnerista”?), la posibilidad de confrontar nuestros puntos de vista no podía ser desaprovechada. Era una especie de revancha: si cuando enviamos el texto por mail a todos los participantes de la capacitación sólo obtuvimos dos respuestas*, la posibilidad de discutir con los “ideólogos” del concurso ciertas cuestiones nos permitiría instalar una voz disidente. Y es que, como dijimos, “el” Contalo- así lo llaman- no dejó mucho margen para la disidencia, más bien ocurrió todo lo contrario. De ahí la necesidad de hacer pública nuestra decisión de bajarnos del concurso. La idea era ofrecer el punto de vista de ZCH a discusión: “esta es la ‘razón’ churrinche, nuestra pequeña pero enérgica fuerza de choque”. El llamado de la gente de Contalo abrió, entonces, la posibilidad del inicio de un verdadero debate.
Finalmente, nos reunimos el jueves 15 de febrero en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (Dirección de Educación Social y Popular). Nos recibieron dos de los nueve organizadores y mate va, mate viene, fuimos entrando en calor. Lo que más me sorprendió fue que de entrada hicieran culto de su buena intención. Según dijeron, nunca habían tenido la intención de hacer pasar la idea de barrio que nosotros le endilgábamos. Pero, les creamos o no, el tema es otro porque si nos limitamos a los andariveles de la ética personal, nos salimos enteramente del eje de discusión. Las intenciones individuales nunca estuvieron en juego ¿o acaso no recuerdan esa vox populi que reza: “el infierno está lleno de buenas intenciones”? Más allá de esto, hay algo bastante importante que sacamos en limpio de esa reunión: como objeción fuerte nos dijeron que ZCH, a la hora de hacer su crítica al Contalo, pensaba en un Estado un tanto monolítico que tiraba homogéneamente para el mismo lado. En eso, creo, tienen toda la razón. Quizá nuestro punto de vista haya sido un poco simplificador en ese aspecto. Esto corre, tal vez, a cuenta de nuestra ingenuidad de chicos de Puán, a los cuales la realidad de la política les pasó siempre un poco de lejos. Pero, justamente, si el Estado es conflicto, si ningún lugar en el que te pares dentro de él es neutral, las fuerzas que uno gestione tanto dentro como desde él tienen que ser calibradas, ajustadas al máximo y para eso no hay buena intención que valga. Si no ¿no corremos el riesgo de seguir alimentando, incluso a pesar nuestro, un mismo centro- hegemónico- de poder?
Escribió Clara O.
*Abajo transcribo las dos respuestas que recibimos.
Juan Manuel Noy (29/ 12/ 06)

Compañeros de Zona Churrinche: ¿no creen que deberían haber hecho esta crítica durante la capacitación? Lo digo porque si ustedes postulan la construcción colectiva, la participación y la transformación del Estado, mejor que esa instancia no había, por la simple razón de que el Estado estaba ahí, frente a todos los que participamos.
Siempre son válidas las críticas, sin ellas las cosas no cambiarían. Pero son aún mejores cuando se hacen en su debido tiempo y lugar. Que lo hagan en forma extemporánea me suena a estrategia de cooptar voluntades y no de querer realmente cambiar lo que ven mal.
Con respecto a la crítica sobre el contenido del concurso, no estoy de acuerdo por las siguientes razones:
Este tipo de políticas estatales son una de las millones de formas de redistribuir la riqueza, ya que, en vez de destinar esa plata a los mismos de siempre, se utiliza para la reconstrucción de las redes sociales. Y que en principio se apunte a "los barrios" es sumamente válido, debido a que se está apostando a la recuperación de valores tales como participación, organización, compromiso e inclusive a la politización de los sectores más castigados por las políticas neoliberales.
Coincido en que no alcanza, pero es un paso hacia adelante el que se dio para mejorar la situación de los que menos tienen y no comprender eso es un error. Repito que falta mucho por hacer, pero hay veces que los deseos y la realidad tienen tiempos diferentes. Y cuando se hace política de verdad, para la construcción del poder popular, el día a día lo demuestra.
Además, en una de las primeras páginas del manual, está claro cuál es el objetivo del concurso: "Nuestro desafío es impulsar un nuevo Estado: activo para transformar la realidad, capaz de promocionar e incluir, respetuoso de las diversidades y saberes. Nos proponemos para ello fortalecer desde la gestión dos herramientas centrales para que todos y todas tengan a su alcance APODERARSE DEL ESTADO: la Participación y la Organización Popular"
Otra de las razones por las cuales no comparto su punto de vista (valedero desde ya) sobre el concurso, es porque en su discurso, por lo menos, están entrampados en el individualismo típico de los 90, ya que solo tienen en cuenta para criticar el concurso cuales son sus objetivos. No tienen en cuenta miles de otras cosas que pasan y pasaron en el medio por estar encerrados en lo que ustedes creen.
Por último, por más que suene duro (es lo que creo y puede que esté equivocado) es muy fácil decir que no y criticar muchas cosas cuando se tiene la panza llena. Y lo digo porque su postura iluminista de cómo se tiene que ver a un barrio o qué se tiene que hacer en un barrio, no toma en cuenta los saberes y experiencias de los otros y otras.
Además están cerrando la posibilidad de que el barrio tenga un lugar desde donde expresarse por el solo hecho de que a ustedes no les gustó el contenido del concurso. Y ese es otro error.


Gabriel Rodríguez (28/ 12/ 06)
A ver, ¿ustedes entonces lo que piden es que el estado pague estos proyectos en el "barrio x"? O sea, que ellos se ocupen.
Está bien, pero creo que lo que se buscó en el concurso fue incentivar a nuevos proyectos y a trabajos autogestionados que puedan tener ayuda a las zonas más carenciadas.
Porque quizás no entendí bien la idea del mail.


martes, febrero 20, 2007


¡Reabrieron el Británico!

miércoles, febrero 14, 2007

Open mind boy

J: "No me gustan los jueguitos del cyber este de acá porque en todos tenés que ser policía y matar a los terroristas. A mi me gusta ese otro en el que podés elegir ser policía o terrorista. Yo siempre elijo terrorista."

Tierra de Saa

"La diversión es la prolongación del trabajo, bajo el capitalismo tardío (...) la mecanización ha adquirido tal poder sobre el hombre que disfruta del tiempo libre y sobre su felicidad (...) que ese sujeto ya no puede experimentar otra cosa que las copias o las reproducciones del mismo proceso de trabajo." (T. W. Adorno, "La industra cultural" en Dialéctica de la Ilustración)

Las vacaciones nos obligan a tomar un sin fin de decisiones. Y tenemos que decidir bien porque, necesariamente, debemos pasarla bien.
En primer lugar, hay que elegir entre quedarse en casa o irse a sobrellevarlas a otro lado. Esta decisión es fácil, porque generalmente nuestra situación económica la toma por nosotros.
Si nos quedamos, seguramente podremos disfrutar de ellas alternando manguera-palangana-ducha-pileta del vecino- pelopincho en la terraza como Vesta-instalaciones del Club cercano- bombuchas en febrero- y (los más osados) río color de león.
Si, después de sacar cuentas y de aceptar que es mejor "salir a veranear" que pasarnos quince días abajo de las sábanas, ya podremos elegir entre "el lugar al que vamos siempre" y "un nuevo lugar por descubrir".
El primero tiene sus ventajas ( y bien podría ser San Bernardo, que parece que se convierte en Quilmes todos los veranos): ya sabemos a dónde comprar medialunas, a qué hora da la vuelta el sol, qué boliche explota a la noche y en dónde reencontrarnos con el romance pendiente del año pasado.
Pero supongamos que elegimos un lugar nuevo para pasar las vacas. Supongamos que elegimos San Luis, más concretamente Merlo. Y entonces se nos abren nuevamente varias opciones: bien podríamos hacer de ese lugar que no conocemos un lugar conocido, reproduciendo una rutina similar a la diaria y "levantarnos a las ocho, desayunar, ir al arroyo, almorzar, dormir la siesta, volver al arroyo a tomar mate, bañarse, cenar, tomar un helado, dormir". O bien podríamos desear "descansar descansar descansar" y pasarnos quince días en la pileta del Hotel tomando mate, lo que hubiera sido igual a quedarnos en casa al pie de nuestra pelopincho.
Pero pensemos que no, que apenas llegamos al lugar nuevo nos invade una fiebre churrinche que nos pide encontrar algo típico típico de la comunidad que visitamos.
La oficina de turismo nos ofrece múltiples opciones de merlinidad. Y, como paradigmático exponente de la cultura local, el Poeta Agüero, del que no traje ni un verso de recuerdo. Será todo lo escrito poesía; la ciudad, necesitaba un artista.
No eran típicas las artesanías, en las casas de regalos solamente encontramos objetos que responden al concepto de "lo étnico", universal que engloba mates de calabaza con mimbre chino, estatuillas de la India, licores caseros y aros peruanos.
No era por ahí y dónde encontrarlo.
Sí era nativa la gata que se fue a dar una vuelta y volvió preñada por un gato montés, y también hablo lo local en el guía de turismo, que antes de sacarnos una foto nos pidió "digan Adolfo".