jueves, septiembre 28, 2006

Yo voy en tren

A las seis en punto llegó al lugar indicado y no vio a nadie, espero unos minutos y de pronto, percibió que alguien le hacia señas con la mano. Se quedó con la boca abierta y en ese preciso instante un flechazo con la firma original de Cupido le partió el corazón como un queso. Lo que veían sus ojos no eran ni más ni menos que un churro atómico. (…)
- ¿A dónde me llevás?
Él la quedó mirando complacido. Su lado malo le gritaba con bombos y platillos: ¡Al teeeelo, al teeeelo!
-No sé, ¿querés comer algo?- respondió al fin (…)
-Si vos invitás- le dijo acompañando las palabras con un pestañeo sutil.
Él la miró de reojo, tragó saliva, se mordió los labios y se dio cuenta que estaba a punto de explotar. Al final, se dijo convencido: la dejo pasar y me corto las b…”
Enrique Santos Lavalle, poeta callejero. enriquesantoslavalle@yahoo.com.ar


Ayer no tenía ganas de arreglarme y me dio vergüenza caminar así por las calles de Recoleta, toda despeinada y transpirada, mientras al lado mío pasaban las mujeres “que trabajan de verdad”, con los ojos llenos de rimmel transparente y zapatitos tipo años 50.
Pero al final llegué a Constitución y me alegré de que muchas ahí compartamos la misma estética: las axilas sudorosas, jeans gastados, el pelo mal atado y las uñas, “una larga, una corta”, el esmalte saltado. Qué bueno que viajo en tren, pensé.
Hoy tenía que pasar por Top Video antes de ir para Capital y me tomé el 22 en Vicente López. Hay diferencia entre 60 centavos o colarse y un peso 35. Colectivo lleno y sin esperanza de asiento. Una mujer mayor sube en Bernal y le exige al chico que está adelante que se levante, que simplemente se levante. “¿Qué, es discapacitada?” le responde el chico. “Ya vas a llegar a viejo, si no te morís antes”, le arroja la viejecita. Inmediatamente todos los pasajeros empiezan a tomar partido por uno y otro en la discusión. Muchos apelan al chofer para que obligue al chico a donar el asiento. El chofer prefiere no participar del debate. La mujer mayor lo acusa también a él: “usted venía hablando con éste y eso no se puede hacer”. El buen señor que está al lado mío comenta con un tipo de mi edad “lo que pasa es que es un negro, es una raza inferior. La culpa de todo esto la tienen los piqueteros que cortaron no sé dónde. Habría que matarlos a todos”. Sí, dice el tipo de mi edad, y justo el colectivo dobla y por la calle cruza una pareja con un nene que para el tipo calificaban de “negros”. “¡Atropellálos a esos también!” dice. Si estuviera en el tren por lo menos podría cambiarme de vagón, pensé.
Ahora sube un vendedor ambulante, tan racista como mis compañeros de viaje. Él considera que todos los que están en el colectivo, por haber pagado el peso 35 tienen que comprarle sus almanaques del 2007 (¡si faltan mil meses para el 2007!). Al que no quiere aceptarle sostener el almanaque hasta que él lo considere le imparte un sermón o una maldición del tipo “Cómo se nota que nunca te faltó el trabajo”. Con cada uno se detiene y le dice algo. Finalmente termina diciendo que a él, en realidad, no le importa que le compren, lo único que le importa es que le acepten el almanaque.
Estamos llegando a Retiro y sube un señor que se presenta como “orador y poeta”. Justo ahora que se bajaron casi todos. Nos regala a cada uno su cuento “Acorralada” y nos pide 5 centavos para colaborar con la impresión. Muchos no le dan nada pero se guardan el cuento. Yo también me lo guardo pero le doy los 5 centavos.

Qué bueno que viajo en tren. Porque de tanto viajar empecé un romance con el boletero de la estación: yo le digo “ida y vuelta a Constitución”. “¿A Plaza?” me pregunta él (yo no digo “a Plaza” porque me da vergüenza, casi como la vergüenza que me da decir en Mc Donald’s “el combo tal” y digo “el menú de la promoción”). “Si”, le confirmo. Y entonces él me dice “Hasta mañana” mientras me da el boleto en la mano y aprovechamos para rozarnos los dedos.

miércoles, septiembre 27, 2006

Todo vuelve

Esta mañana me llamó Elvira, una de las actrices del elenco Luz y Sombra. Me preguntó si podíamos anunciar la publicidad de la obra en la revista y yo le dije que no teníamos agenda en ZCH porque no tenemos espacio y salimos cada dos meses. Pero prometí publicarlo en el blog, y acá va. Sirve el blog.
“Somos del elenco municipal” me dijo, y a mí me llamó la atención que todavía incluyeran ese calificativo en su nombre. “Solamente que no tenemos teatro…” agregó.
Para aquellos que no conocen el “circuito teatral quilmeño”, para decirlo en términos de Osvaldo Pelletieri (ya era hora de que lo nombrara), el elenco Luz y sombra funciona desde hace más de 40 años y, si no me equivocó, siempre fue municipal. Antes lo dirigía Martín padre, ahora lo dirige Martín hijo. Luz y sombra era algo así como el elenco estable del Teatro San Martín, siempre ocupándose de poner en escena “los clásicos”, “las grandes obras”. Y, si no fuera por la gestión de los dos últimos intendentes -que clausuraron el teatro de la Comedia Municipal y, según dicen los que pudieron escabullirse y pispear en el usurpado Palacio de Bellas Artes, ahora construyen un restaurant en su lugar-, todavía seguirían ocupando el lugar hegemónico del “campo cultural quilmeño”, para decirlo con Bourdie esta vez (sí sí, el espacio hegemónico, no el remanente).
Como respuesta a esta ausencia de lugares públicos que calmen esa sed de cultura, comenzaron a surgir en Quilmes varios centros culturales que intentaron cubrir la demanda insatisfecha. Doña Rosa es uno de ellos. ¿Qué tipo de teatro propone Gustavo Castignola, el director de la Casa de Arte? Bueno, sus salas también presentan obras que podríamos calificar como hegemónicas, aunque no en el sentido “grandilocuente” de Luz y Sombra, sino más bien en el sentido comercial. Castignola es nuestro Nito Artaza. Y también un mecenas.

Todos los domingos de octubre a las 20 hs el itinerante elenco Luz y Sombra encontrará lugar en Doña Rosa (Colón 279) para presentar “Berta también regresa”, una adaptación de “El Gran regreso de Boris Spitman” de Serge Tribus. La entrada es libre y gratuita.

martes, septiembre 26, 2006

Nuevo Nuevo teatro quilmeño

Desde hace unas cuantas semanas las calles de Quilmes se inundaron de un llamativo cartel que, al estilo Telefé anuncia "Estación Quilmes, nuestro musical. MUY PRONTO". Bueno, este viernes en la Casa de Arte Doña Rosa, "el arte de la pasta", (Colón 279, Quilmes) se estrena esta obra de teatro que, según nos contó César, representante del centro cultural, "lleva un trabajo de más de dos años y una producción de 7mil pesos".
Como sabemos, no es la primera vez que Doña Rosa trata de llevar a su escenario obras de teatro de géneros comerciales pero "al estilo quilmeño". Podemos citar al mega exitoso "Picnic, un río con historia" (¿ya va por la quinta temporada?) o "La revista cervecera", entre otros. Parece que esta vez intentan probar con el musical, y parece que, dado que es "nuestro musical" nos identificaremos con lo que allí suceda. Ya veremos.
Trato de pensar en otras veces en que se hicieron musicales en Quilmes, y me acuerdo de un grupo de jovencitos que presentaron en varios teatros de las zona versiones propias de los musicales de Pepito, pero haciéndo playback sobre la música original. De colección.
Pero Doña Rosa promete espectáculo y glamour, allí nos veremos.

viernes, septiembre 22, 2006

Yo sé que soy,



digamos, algo inmaduro
pero es esa la manera
en que yo entiendo el amor


En el otro extremo ideológico de la ideológica Zetaché Revista, se encuentra el inefable Sr. Antiquilmes. Lo bueno es que alguien (él) como nosotros elige hacer un zoom ahí : en ese deliroide ser conurbanense que está orgulloso de serlo. Eso que llamamos "quilmeñidad" una camiseta que tienen puesta las grandes mayorías nacidas y vividas en esa ciudad que no destiñe nunca.
Buá. hasta ahí...porque resulta que ya pululan en la localidad olor a malta y río ejemplos del tipo: un bar que se llama Palermo Sur o las casas de diseño con afanes colonizadores de la moda europeo-capitalina a estas tierras del otro lado de la orilla del Riachuelo.

¡¿Cuándo nos zambullimos?!

Informó e Invitó Alis Llorrac.



(ah: Equipo, vale postear seguido)

miércoles, septiembre 20, 2006

se viene se viene se viene

Dirá Ofelia Peretti en el próximo número:

Clarín editó una enciclopedia de 20 tomos que se llama “Argentina pueblo a pueblo”. Además organizó un concurso nacional para que la gente participe enviando historias y después las leen por Radio Mitre o mandan con un móvil a María Laura Santillán hacia el pueblito, para ampliar con más detalles de color.
Las políticas educativas y culturales del gobierno nacional y provincial incentivan la reivindicación de los localismos para insertarlos en los programas escolares y organizan concursos como “contános los mitos y leyendas de tu ciudad” o “filmáte un corto sobre lo que pasa en tu pueblo”. El objetivo es la descentralización, el “verdadero federalismo”.
¿En qué se diferencia de esto Zona Churrinche? ¿No reivindicamos también nosotros lo que se hace en nuestro pueblito? ¿Podríamos ser un capítulo más de la enciclopedia de Clarín? ¿Nos habremos convertido en jóvenes K?*


Continuará...

*"Noviembre: Festival de Teatro por la Identidad en Quilmes" extraído de ZCH n° 10 (también en construcción)

Lo dado


Entre el ida y vuelta sacado de cada día y hasta que las velas no ardan.
Hasta que nuestra página siempre en construcción se complete, esto: el bitácora de la Revista que llegó a los remotos pagos del Gran Buenos Aires para desacomodar el status quo de La Periferia.

¿Se acuerdan cuando dijimos en el primer editorial en fucsia y con diseño caprichoso (re avant-garde)?

"Para empezar hablemos de nuestra condición: por un lado habitar "nuestro conocido" barrio/ciudad; por el otro lado, nuestro cuerpo hiperkinético que no deja de moverse y que para, contrarrestar sus límites, recurre siempre a diversos suplementos tecnológicos..."

y bueno, llegó el blog.