Hasta los chicos del Pelle están en riesgo!!!!!
El otro día miraba una de nuestros ejemplares noticieros y el periodista decía que estaba preocupado al igual que el Vicerrector de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini porque aparentemente había una bandita de pibes chorros dedicada a asaltar a los alumnos de esa Alta Casa de Estudios cuando iban a la escuela. Qué ocurrencia, ¿no? y qué barbaridad. La de los pibes chorros, digo, obvio. Qué mal, che, qué mal y juro que hablo sin ironías. Imagínense todo lo que les robaban, no sé, walkmans, cartucheras, cds, discmans, textos de renombrados sociólogos hablando de la pobreza en Argentina, ipods, zapatillas, algún texto importantísimo de literatura del siglo XX, tal vez algún ensayo escrito en un castellano perfecto, en fin, muchas cosas y entre todas ellas, brillando, brillando, sus bien amados bienes culturales que tienen por derecho y por ser chicos bien. Pero me quedé con la preocupación y la indignación de los bienpensantes: periodista y Vicerrector respectivamente… Ahora me preguntó: ¿a nadie se le ocurrió cambiar de punto de vista? ¿Por qué no piensan en los pibes que roban, todos menores según aclararon, y en lo que su ocurrencia puede significar? ¿Para qué quieren tanta letra, tanta letra? ¿No se dan cuenta que ellos se deben limpiar el culo con esos preciosas palabras que los otros atesoran? Perdón que me repita, pero casi me siento obligada: “algunos tienen muchas palabras y otros no tienen nada”. Y ahora, perdón otra vez, voy a citar a Deleuze (un filósofo made in France) en un español clarito, clarito: “Lo sorprendente no es que la gente robe, o que haga huelgas; lo sorprendente es que los hambrientos no roben siempre y que los explotados no estén siempre en huelga. ¿Por qué soportan los hombres desde siglos la explotación, la humillación, la esclavitud, hasta el punto de quererlas no sólo para los demás, sino también para sí mismos?”
El otro día miraba una de nuestros ejemplares noticieros y el periodista decía que estaba preocupado al igual que el Vicerrector de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini porque aparentemente había una bandita de pibes chorros dedicada a asaltar a los alumnos de esa Alta Casa de Estudios cuando iban a la escuela. Qué ocurrencia, ¿no? y qué barbaridad. La de los pibes chorros, digo, obvio. Qué mal, che, qué mal y juro que hablo sin ironías. Imagínense todo lo que les robaban, no sé, walkmans, cartucheras, cds, discmans, textos de renombrados sociólogos hablando de la pobreza en Argentina, ipods, zapatillas, algún texto importantísimo de literatura del siglo XX, tal vez algún ensayo escrito en un castellano perfecto, en fin, muchas cosas y entre todas ellas, brillando, brillando, sus bien amados bienes culturales que tienen por derecho y por ser chicos bien. Pero me quedé con la preocupación y la indignación de los bienpensantes: periodista y Vicerrector respectivamente… Ahora me preguntó: ¿a nadie se le ocurrió cambiar de punto de vista? ¿Por qué no piensan en los pibes que roban, todos menores según aclararon, y en lo que su ocurrencia puede significar? ¿Para qué quieren tanta letra, tanta letra? ¿No se dan cuenta que ellos se deben limpiar el culo con esos preciosas palabras que los otros atesoran? Perdón que me repita, pero casi me siento obligada: “algunos tienen muchas palabras y otros no tienen nada”. Y ahora, perdón otra vez, voy a citar a Deleuze (un filósofo made in France) en un español clarito, clarito: “Lo sorprendente no es que la gente robe, o que haga huelgas; lo sorprendente es que los hambrientos no roben siempre y que los explotados no estén siempre en huelga. ¿Por qué soportan los hombres desde siglos la explotación, la humillación, la esclavitud, hasta el punto de quererlas no sólo para los demás, sino también para sí mismos?”
4 Comments:
Che Clarita, a mí me gustan esos chicos, tan identificables en la facu, porque siempre tienen los pobres que estar hablando como si efectivamente fueran "los dirigentes del futuro". Me acuerdo de M. de filo, que era un bombón. Aunque era un poco raro también ¿no?
Por algo son identificables. Igual, a mí no me gustan ni me dejan de gustar. Pero lo que sí me llamó la atención fue esa casi afinidad electiva (jijiji), es decir la elección de una "víctimas" cultas. Tal vez fue sólo casualidad...
Y el que hablá es Deleuze, no los pobres.
El referente de "pobres" en la frase es "esos chicos"
sipi, un malentendido :-)
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